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Investigación

“Se puede hacer ciencia de calidad siendo mujer, pero se necesitan políticas para ello”

Dra. Paola Haeger aborda su experiencia en la ciencia, las barreras que aún persisten en el ámbito académico y la importancia de avanzar hacia una mayor equidad de género en la investigación.

28 de mayo

“Se puede hacer ciencia de calidad siendo mujer, pero se necesitan políticas para ello”

En el marco de la inauguración del Proyecto InES de Género UCN, iniciativa que busca reducir las brechas de género en los ámbitos de investigación, desarrollo, innovación y emprendimiento (I+D+i+e), la Dra. Paola Haeger, destacada académica e investigadora de la Universidad Católica del Norte (UCN), se refiere a su experiencia y trayectoria, abordando tanto los avances como los desafíos que aún persisten para las mujeres en la ciencia.

La Dra. Haeger es bioquímica y doctora en Ciencias Biológicas, madre de dos hijas y profesora titular en la Facultad de Medicina de la UCN Coquimbo. Actualmente, dirige el Doctorado en Ciencias Biomédicas, y es investigadora principal del proyecto PEW Innovation y del Núcleo Milenio de Neuroepigenética y Memoria (Epineuro). Sus líneas de investigación están enfocadas en los mecanismos celulares y moleculares detrás de las disfunciones cognitivas asociadas a alteraciones en el neurodesarrollo temprano.

¿Qué la motivó a convertirse en investigadora y cómo ha sido ese camino como mujer en la ciencia?

Desde pequeña sentí una gran curiosidad por entender el mundo. Me preguntaba por qué las plantas tenían esa forma, por qué las hojas eran simétricas, cómo funcionaba el corazón o cómo éramos capaces de memorizar. Tenía un libro de los “¿por qué?” que lo revisaba siempre… ¡Me encantaba! Y claro, esa necesidad de entender me llevó a descubrir la carrera de Bioquímica, que de alguna manera respondía muchas de esas preguntas. Fue allí que me enamoré de las ciencias.

Más adelante, en el doctorado en Ciencias Biológicas tuve una inspiración muy fuerte de las mujeres que fueron mis mentoras y profesoras. Mujeres que dejaron una huella en la neurociencia y que me impulsaron a formar mi propio camino con mucha pasión.

¿Ha enfrentado barreras por el hecho de ser mujer en su trayectoria como investigadora?

Sí, claro. Hay barreras internas y externas. Muchas veces nosotras mismas nos ponemos límites por culpa o inseguridades aprendidas desde niñas. Es parte de nuestra idiosincrasia creer que no podemos llegar más arriba o que no somos suficientes. Pero cuando estás rodeada de personas adecuadas que te apoyan, esas barreras se van disminuyendo. En mi caso, tener referentes mujeres fue clave para creer que también podía, lo que me ayudó a crecer como persona y como científica.

Ahora, ya más grande, aparecen otros tipos de barreras. Cuando una se especializa o entra en un equipo de trabajo, hay barreras también vinculadas al machismo y el micromachismo que están súper fuertes, que te hacen frenarte todo el tiempo y tener hartas dificultades o conflictos mentales para poder superar eso. Esas son barreras que están todavía y que queremos superar.

DEUDA

¿Considera que en su campo de investigación aún existe una deuda en términos de equidad de género?

Sí, aunque yo creo que hemos avanzado muchísimo, incluso lo he notado en mí misma. En mí misma he identificado -porque me lo han hecho saber también- el cómo poder hacer más raciocinio en cuanto a la equidad de género. Como soy directora del programa, tengo oportunidades para eso, por ejemplo, trato de que en seminarios de investigación haya hombres y mujeres, y en comisiones de evaluación también. Hay oportunidades para todo… Yo busco a las mujeres, y eso a veces cuesta, cuesta mucho, porque no siempre pueden participar, ya sea porque tienen mucho trabajo o por la carga familiar, lo que es una dificultad a la hora tomar nuevos desafíos.

Pero claro, eso es lo que te digo yo como directora. Dentro de lo que puedo hacer tengo oportunidades de disminuir esa deuda y lo hago. Pero estoy segura de que me quedan muchas más cosas por entender todavía, por darme cuenta y poder ayudar más. Es allí donde entra la ayuda de otro, de tu entorno y de la Institución, en este caso.

En ese sentido, ¿cuáles son sus impresiones respecto a la adjudicación del Proyecto InES de Género UCN?

Es un gran logro. Obtener un proyecto concursable como este es un mérito en sí mismo. Me parece muy valioso que lo estén llevando adelante de manera transversal, con la participación de la Dirección, la Secretaría de Género y la Dirección de Investigación. Esa articulación es clave.

Este proyecto viene a reforzar la política de género institucional, con objetivos concretos para identificar y reducir las brechas existentes en el ámbito de la investigación. Ya tenemos los cimientos; ahora es el momento de construir la torre, con visión y compromiso.

¿Qué consejo les daría a las jóvenes interesadas en la investigación científica?

Muchas veces me han preguntado “¿cómo lo hizo usted?” y eso me hizo ver que hay muchas mujeres que aún dudan de sí mismas, que sienten que no pueden. Mi consejo es que primero se pregunten si esto realmente les apasiona. Si la respuesta es sí, entonces vayan con todo. No se trata de renunciar a tener una familia o una vida personal, sino de integrar la investigación como parte de lo que les gusta y las motiva.

Sí, es posible hacer ciencia de calidad siendo mujer, pero se necesitan políticas y condiciones adecuadas para ello. Debemos contar con una red de apoyo: mentoras, colegas, becas, familia. No hay que hacerlo solas. Este camino no es una lucha contra el mundo, pero sí requiere compromiso y comunidad.

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